Existen multitud de centros de estética en los que se ofrece una pedicura, con esmaltado de uñas, por un buen precio. Pero lo barato puede salir caro. Por lo general, este tipo de centros no tienen la obligación de seguir las estrictas normativas marcadas por sanidad con el fin de proteger la salud de los usuarios de este tipo de servicios. En los centros sanitarios sí se deben seguir estas normas. Antes de abrir la clínica se pasa una rigurosa inspección en la que se evalúa, punto por punto, el cumplimiento de la normativa. Además, cada cierto tiempo, se debe renovar la licencia y, por si esto fuese poco, los inspectores de sanidad hacen inspecciones sorpresa para confirmar que todo se mantiene correctamente.
Una de las cosas que se comprueba es la adecuada esterilización del instrumental reutilizable empleado por los profesionales. Es decir, la higiene de herramientas como alicates o mangos de bisturí. Gracias a estos procedimientos se trata de eliminar el riesgo de transmisión de cualquier microorganismo de un paciente a otro. Así, se minimizan las posibilidades de contraer un hongo, el virus del papiloma humano (que origina el conocido papiloma) o, en casos más serios, el virus de la hepatitis o el VIH.
Si quieres unos pies sanos, y no correr el riesgo de contraer una de estas infecciones, acude a un profesional debidamente cualificado y que te garantice una perfecta esterilización del instrumental.