Ya en el año 2460 a.c. se tienen registros de esta patología en el papiro de Ebers. Y, hoy en día, más de 4000 años después, aún sigue presentándose de la misma forma que en aquella época. Hablamos de la gota, una enfermedad que produce la cristalización del ácido úrico algunas articulaciones, sobre todo en el dedo gordo del pie, y causa dolor, inflamación y una gran incapacidad para realizar una vida normal. Estos cristales depositados en la articulación generan una artritis característica que puede llegar a afectar al hueso cercano a la articulación.
El nombre de gota viene del siglo X, cuando se describió como una enfermedad que afectaba a los humores del cuerpo. Y estos goteaban poco a poco en la articulación afectada. Los cristales de la gota pueden ser vistos con un microscopio para realizar el diagnóstico. Aunque muchas veces se puede llegar a la misma conclusión sin recurrir a ello.
Existen otras manifestaciones de la gota. En algunos casos en lugar de aparecer los cristales en la articulación se acumulan en tejido blando. Crean así unos bultos llamados tofos gotosos que pueden ser dolorosos. El ácido úrico puede llegar a precipitarse hasta en los riñones, causando patologías como los cálculos.
Para tratar la gota existen distintas opciones. Uno de los medicamentos se denomina colchicina. Se extrae de una planta llamada colchicum, de aspecto muy similar al azafrán y que para quien la toma tiene mucho más valor que este. Esta planta ya la empleaban los egipcios en el manejo de esta enfermedad.
Para prevenir esta enfermedad es fundamental seguir una dieta adecuada, en la que se restringen ciertos tipos de alimentos o al menos se reducen.